EXIT

Se terminó. El chupóptero ha huido con toda la ilusión que yo había recolectado, no puedo echarle la culpa porque siempre supe que su naturaleza era esa y en realidad asumí el riesgo desde el principio pero a quien pretendo engañar, no conté con la posibilidad real de que esto acabara así y ahora me pregunto porque no le puse fin cuando debía.

Tenía dos semanas de vacaciones pero hoy estoy de vuelta en la oficina, ahora mismo no es un buen momento para tener tiempo libre y dedicarlo a mirar el móvil esperando a que llame arrepentido, me diga que se ha equivocado y que quiere devolverme la ilusión que se ha llevado. Soy así de ridícula, lo peor del caso es que aún estoy en esa fase horrible en la que una no lo quiere asumir, dices "se ha terminado" sólo que en realidad no lo crees , lloras y en esos segundos en los que llegas a sentir que de verdad se ha terminado te desesperas pero hay una voz en alguna parte de tu cerebro que te envía un mensaje de esperanza al que te agarras "no llores tonta que esto es sólo un bache, volverá"

Haruko me dice que en toda ruptura hay 4 fases, primero la aceptación, después la rabia, la tristeza y por último la indiferencia. Para la próxima carta a los reyes magos que escriba pienso pedir una pértiga de salto de fases.

Así que aquí estoy, con unas ojeras que llegan a los pies, con pocas ganas de trabajar pero menos de no hacerlo, con la sensación ya familiar de que esto es no es real, de que me voy a despertar de esta especie de pesadilla, pensando en llamarle, recordando que he borrado su número para evitar hacerlo (no sin antes dárselo a Haruko para que lo guarde a buen recaudo y prometiendo que incluso bajo tortura no me lo dará), rezando para que pase, haciéndolo después para que no se acabe. En resumen, loca.

Sólo espero que el tiempo que siempre es un buen aliado en estos casos cumpla su función mitigadora de penas y lo haga rápido, yo mientras intentaré mantener una pose digna que no revele las ganas de llenar una bañera de lágrimas y ahogarme después en ella que me invaden. Sí, estoy siendo catastrófica y no tengo ninguna intención de corregirlo, pienso regodearme en mi propia desgracia hasta que me aburra de ella y comprar un par de zapatos nuevos sea un buen remedio contra la depresión, llegada a ese punto todo ira mejor.