Lunes, 05 de Octubre.

Hoy es lunes, otro lunes más, otro de los que odio sólo por llamarse así. A veces uno juzga demasiado rápido, este podría ser un lunes especial, de esos que guardas en tu memoria para siempre y recuerdas sólo por sentir que todo es posible, que hubo un día en el que te levantaste y todo fue genial.

Hoy podría recibir una llamada importante, una voz misteriosa de alguien que me desvela que lleva enamorado de mi mucho tiempo pero nunca se ha atrevido a decírmelo y que resulte que es la persona con la que siempre he soñado sin saberlo, porque hay sueños que uno no recuerda pero están ahí, han existido en algún momento.

O puede que mi jefa me haga entrar en su oficina, me invite a tomar asiento y me diga lo contenta que esta la empresa con mi excelente labor, motivo por el cual han decidido subirme de categoría y por lo tanto de sueldo.

Y llegar después a casa y que mis compañeras de piso estén felices porque han conseguido, una que el chico guapo de la máquina de zumos le invite a salir y la otra que su última cita le prometa venir a verla el próximo domingo para acabar lo que ayer dejó pendiente.

Y más tarde quedar con Haruko y que emocionada me cuente que quien ocupó sus pensamientos todo el verano pasado le ha llamado diciéndole que vuelve para empezar lo que nunca pudo ser y ella aceptó como todas esas cosas que parecen demasiado inalcanzables para nosotras por obra y gracia de un destino que no siempre se nos antoja justo.

Y mi gato gordo ya no es tan gordo, y el pesado no es tan pesado, y la comida que engorda me deja de gustar y mi piel no tiene ni un sólo poro abierto y Sexy Sadie se vuelven a juntar y Nacho Vegas viene a dar un concierto y voy de compras y la ropa me queda genial y encuentro los zapatos perfectos a mitad de precio y empieza a hacer más calor y derrite mis recuerdos tristes.

Ya sé lo que estarás pensando, que el día va a ser como todos, pasaran las horas y me acostaré sin haber recibido esa llamada o ninguna de esas noticias, tapada con el nórdico porque ya ha empezado el frío y probablemente tengas razón pero al menos, durante unos momentos, mientras compartía contigo lo que me haría feliz he sonreído pensando que igual no pasa hoy pero quien sabe mañana.