Plan de contingencia

No estoy bien, es algo más que evidente, en mi mundo hay una crisis generalizada, no sólo yo estoy completamente descontrolada emocionalmente, a mi alrededor reina el caos, el mismo sobre el que he escrito en mi anterior post. Ayer hablé con Haruko, le comenté que creo seriamente que me estoy volviendo loca, que mi cabeza ha decidido independizarse de mi voluntad y recorre a sus anchas toda clase de pensamientos condenatorios, le dije:

- No sé que me pasa. Estuve deprimida hace tiempo y sé que esto no es lo mismo, no es tristeza, es desilusión, una especie de indiferencia hacia todo lo que me rodea, escepticismo hacia la idea de que todo va a mejorar, nunca antes había tenido esta sensación de vacío, esta actitud derrotista, Haruko, creo firmemente que me he resignado a no ser feliz.

Y como soy consciente de mi situación, como ahora mismo no hay nada que me haga sentir bien he decidido rentabilizarlo. Me he pluriempleado porque una es pragmática hasta en su momento de hastío vital y he pensado que ocupar mi tiempo libre hasta el extremo me va a ayudar a:

1- que mi cerebro libertino limite su actividad a fines meramente laborales
2- que la cuenta bancaria incremente para poder dar rienda suelta a mi consumismo arbitrario de ropa, zapatos y complementos varios
3- que llegue la hora de acostarme y desaparezca el proceso: cerrar ojos - recordar corazón roto - soñar con tiempos pre-rotura - abrir ojos - pensar "imbecil" - cerrar ojos - obligarme a no pensar... - abandonar proceso mental - rendirme al fantaseo contraproducente - fase rem.
4- Provocar una mejora en mi calidad de vida una vez abandonado el pluriempleo para sentir que algo mejora, aunque antes lo haya tenido que empeorar con premeditación y alevosía.

Así que:
Me levanto, me ducho, me visto, desayuno, voy a trabajar 08.00 a 14.00, mal-como, voy a trabajar 15.00 a 21.00, salgo, quedo con Haruko, hablamos de todo esto, voy a casa, ceno, cama, duermo.

Y en medio de todo el caos, escribo para contarlo.