Nada

Dejo pasar los segundos apelando a la benevolencia de los poderes místicos que controlan, si existen, si lo hacen, cada movimiento que hay en mi insignificante vida
Porque yo soy insignificante, lo sé y no me importa, lo quiero así, de este modo, porque si tuviera que tener sentido encontraría demasiado difícil hallarlo, no creo en una lógica porque no la veo y es que como los perros, me he quedado ciega con tanto dulce

Y te doy las gracias de antemano por no intentar convencerme de que estoy equivocada, por no convertir mis divagaciones en tristes lamentos existenciales.
Hoy son palabras carentes de objetividad, mañana anécdotas para reír.

Nada preocupante.