LA FUNCIÓN ACABÓ

Y yo me fuí, satisfecha como prometí en un principio, al lugar de partida. Bambú fué la que forzosamente cogió las enormes tijeras y me ayudó a descolgarme, y aunque no ha sido un gran final, ha sido lo sucifientemente silencioso como para sólo oirlo los muñecos implicados. Hemos salido corriendo, sin mirar hacia atrás por si acaso aún nos creíamos débiles, en nuestra siempre condición de marioneta y con cierta rabia al comprobar que de verdad necesitaba esto como una bofetada en la cara, porque así es como ha sido, un jarro de agua fría al despertarse o una pesadilla convertida en realidad. Pero ha acabado y aunque me siento rara, creo, no, sé que estoy bien.
El otro día me encontré en el cajón de las prendas de invierno del año pasado un jersey muy usado. Probablemente nunca lo lavé con un detergente especial para lana antes de guardarlo o lo usé demasiado. Quizás el problema esté en que, aunque me gustase mucho el jersey, también me ponía otros y dejé completamente descuidado éste, que, a día de hoy, me ha dado tanta pena tener que tirarlo a la basura. Su tacto era genial,y realmente no veo mi armario sin él.Ahora ya no puedo comprar ninguno, es demasiado tarde y ya no venden el mismo en las tiendas.
"Quiero que sepas que ya me esperaba que esto ocurriera y que no pasa nada, sólo me da la razón ..." El jersey parecía hablarme.
Mi madre ha dicho al verme con él entre las manos,como un cadáver precioso que "hay que cuidar las cosas que a uno le gustan mucho,no puedes pretender tratarlo así y que esté intacto durante mucho tiempo".
Y yo,por una vez en todo el día, la he creído fervientemente, y he asistido, con pena y rabia,a la inevitable muerte de mi jersey.
Demasiado tarde.
Pero estamos en el punto de partida!!! Y eso me gusta y me hace sentir feliz,aunque los demás descuiden sus jerseys, a mí me importa bien poco.