Ya hace dos meses y medio que el chupóptero me arrancó el corazón para después limpiarse el culo con él (siento la vulgaridad), Haruko decidió darme un plazo razonable durante el cual se me permitía regodearme en mi desgracia y autoproclamarme la persona más infeliz del mundo, el plazo expira el Jueves y debo reconocer que hubo momentos en los que pensé que no iba a poder cumplirlo, que durante semanas me sentí completamente incapaz de asumir que se había terminado, que ya no iba a poder levantarme más de la cama sin sentir que estar despierta era una tortura pero por fin puedo decir que lo he superado, a ver, hay daños colaterales, tampoco nos vamos a engañar pero estoy orgullosa de mi evolución. Debo reconocer que antes de encontrarme en el punto en el que estoy tuve que caer un poco más bajo. Le mandé un sms, sí, lo sé, patético. No sé cómo paso pero fue un día en el que no conseguí sobrellevar la situación, algo en mi interior se reveló y sin saber cómo me manipuló para hacerlo... en respuesta a ese sms él me llamó, la conversación que mantuve me ayudó a tocar fondo,mejor dicho, a caer de morros en él sin colchón que amortiguara el castañazo. ¿Hay algo peor que ser consolada por la persona directamente responsable de tu pena? ¿Hay algo más triste que escuchar de sus labios "peores cosas has pasado, tú eres fuerte... "?
Los siguientes dos días fueron el momento álgido de mi pesadilla, quise morirme, me invadió una oleada de realidad, de estas que arrastran consigo cualquier esperanza que resista albergada en mi sin hacer mucho ruido pero entorpeciendo el proceso.
Me desperté una mañana, recuerdo que me dormí rezando a todos los espíritus que un día estuvieron conmigo para que se llevaran mi tristeza lejos, me hicieron caso, ya no estoy triste, ahora ya no creo que haya perdido tanto, no he sido muy objetiva, he despertado de mi letargo de idiotez y ya no pienso que el chupóptero sea tan especial, por todo esto estoy de celebración, lo he conseguido, vuelvo a tener el control de mis actos, de mis pensamientos, ya noto que vuelvo a estar lúcida, mi pragmatismo ha vuelto, mi capacidad analítica, ya no hay vulnerabilidad que valga, todo es como debe ser.


