El año ha empezado como todos los demás, con la misma vida del día anterior, uno se pone sus metas "a partir del 1 de Enero..." pero a quien pretendemos engañar, el 1 de Enero es sólo el día después al 31 de Diciembre y eso es más de lo que significa, no deja de ser la continuidad de lo mismo, la misma mierda, la misma mierda pasada, la mierda futura...

Las últimas semanas he tratado de subir niveles, algunos me los he impuesto, otros he creído querer superarlos, he salido, me he emborrachado, he pecado, he compartido mi cama, he dejado de compartirla, he quedado para tomar café, he puesto excusas ridículas para no tomarlo, he visto la luz y la he fundido de tanto mirarla luego he sabido que no era real, debí de ponerme frente al espejo recordando tiempos mejores y su reflejo me engañó.


No estoy bien, esa es la verdad, no sé lo que quiero, ni siquiera sé a tiempo lo que no quiero y para cuando lo descubro ya he hecho el idiota y me encuentro a mi misma dando unas explicaciones que no deberían salir del lugar secreto en el que habitan porque cuando lo hacen, cuando son pronunciadas me demuestran que aún quedan muchos minutos más como estos en los que escribo lo que me gustaría hacer en pasado perfecto.