miércoles, mayo 30, 2007

AUSENCIAS


Hay días en los que me gustaría esconderme en algún rincón de aquellos en los que entraba cuando era pequeña, ahora queda ridículo intentar pasar desapercibida entre los dos sofás, en el armario de mi madre o debajo de la silla de mi cuarto.

Ya no hay espacio suficiente para desaparecer y me pregunto si es sólo cuestión de tamaño lo que impide que me pierda durante unas horas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogueras.

Arcángel Mirón dijo...

Debés tener algún lugar que te refugie. Sólo tenés que encontrarlo.

(Una pista: esos lugares se reconocen por el olor. El mío tiene olor a mar y a chimenea, aunque fisicamente no haya ni mar ni chimenea).

Anónimo dijo...

Es una cuestión de esencia, cuando somos niños estamos conformados por un material mucho más volátil, que se hace translúcido en los espacios diminuros y cerrados.
Un saludo.

Bambu dijo...

Y cuando somos pequeños sólo tenemos que escondernos nosotros, ahora hay que esconder también todo lo que llevamos encima que ocupa demasiado

El detective amaestrado dijo...

O que ya no quedan bosques a nuestra medida, para perdernos en ellos

Bambu dijo...

Eso es lo más probable, habrá que ponerse a buscar un bosque más amplio entonces.