jueves, enero 18, 2007

CUESTA DE ENERO



Estamos a comienzos de un nuevo año, dicen que éste va a ser bueno, yo no quiero ser pesimista pero juraría que he escuchado lo mismo todos los 31 de diciembre lo que a uno le impulsa a pensar que no hay argumentos sólidos para creer que eso sea verdad… en serio, entramos el año con la luna en cuarto creciente?? Llamadme escéptica pero no me parece una razón poderosa para creer que eso condicionará los acontecimientos de los siguientes 365 días… a no ser claro que esa predicción sólo se refiera a los primeros meses, a los días pares, a los días en los que Marte entra en conjunción con Saturno… en fin, ese tipo de cosas de las que no entiendo nada y que de hecho prefiero no entender.

Así que como la astrología y Aramis Fuster no son lo mío (lo siento por comparar una ciencia con … bueno, con eso) mejor dejo el tema y analizo el 31 de diciembre de este año si en realidad ha sido tan bueno como aquél señor borracho nos predijo a Haruko y a mi, mientras tanto queda pasar mucho y no hay mejor comienzo que las rebajas! La semana pasada tuve tiempo para ir prácticamente todos los días a pelearme con señoras, niñas, adolescentes y demás fauna… incluida yo que soy la peor de todas.

Las rebajas no son para aficionados, si no estas entrenado mejor esperar a los saldos, está claro que no es lo mismo pero no conviene hacerse el héroe…
Lo primero que uno debe hacer es tomar contacto con el entorno, no dejarse llevar por los nervios… el vestido que viste no esta colgado donde siempre, uno ya empieza con mal pie pensando que se queda sin su conjunto de sábado noche por 5 euros menos de lo que habría pagado unos días antes… pero NO! Es sólo una estrategia para asustarnos y hacernos creer que hemos llegado tarde… la realidad es que lo cambian todo de lugar, esto ya crea un estrés innecesario…
Por eso un reconocimiento previo de la zona nos ahorrara sufrimientos tontos. Una vez controlado todo empezamos a ojear como si no tuviéramos demasiado interés ( no conviene que los demás piensen que ese jersey que miramos es un chollo ). La segunda parte es encontrar la talla , esto es lo más surrealista porque uno LO SABE , tiene demasiado presente en que ropa entra y en cual no… si uno gasta la 40 no es posible, repito NO ES POSIBLE meterse en una 36… por Dios que la tela elástica tiene un límite y ese “esque vienen grandes”¿?¿? … seamos serios….

Que conste que el estrés es contagioso y las propias dependientas pierden los nervios, no pueden evitar mirarte mal y decirte con mala baba “Sólo hay lo que ves ahí” y no se te ocurra insistir en saber si hay algo más en el almacén porque su palabra es la ley …
Haruko y yo en una de nuestras incursiones “en busca de la ganga escondida” pudimos vivir esta tensión en primera persona. Haruko buscaba unas botas negras y tuvo la suerte de encontrar su número, la única pega fue que su pareja no aparecía así que directamente nos acercamos a la dependienta para preguntarle por la bota prófuga a lo que la amable señorita nos contestó: “ Pues por ahí andará” y señaló la tienda en general… POR AHÍ ANDARA?¿?¿
Qué ha sido de la llamada orientación al cliente?? Qué clase de respuesta es esa?? Queremos esa bota!!

Otro día desvelaré si pudimos localizarla, si le dijimos a la dependienta dónde podía irse o si obedientemente nos pusimos a buscarla a gatas entre los jerseys y nikis de menor éxito que desde el suelo pedían un poco de respeto.

Hasta aquí mi visión personal de las rebajas, suerte a los valientes que se lancen, yo me voy a retirar a descansar para reaparecer en las segundas , esas también son muy duras…

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